La selva amazónica, conocida como el "pulmón del planeta", es mucho más que una fuente de oxígeno y biodiversidad; es también un pilar esencial en el ciclo del agua en Sudamérica. Gracias a un fenómeno poco conocido, los "ríos voladores", la Amazonía transporta agua por el aire, desempeñando un papel crucial en la formación de lluvia en regiones lejanas, como la Cordillera de los Andes y ciudades como Bogotá.
¿Qué Son los Ríos Voladores?
Los ríos voladores son corrientes de vapor de agua que los árboles de la Amazonía liberan al ambiente. Este fenómeno ocurre cuando los árboles absorben agua del subsuelo y la liberan a través de sus hojas en forma de vapor, similar a la transpiración en los seres humanos. Esta agua liberada se eleva en pequeñas moléculas, llamadas poéticamente "polvo de hadas" por los expertos, que se agrupan para formar gotas. Estas gotas se convierten en nubes que son transportadas por los vientos hacia el oeste, en dirección a los Andes.
Cuando estas nubes alcanzan la cordillera, chocan con las montañas, se enfrían y se condensan, dando lugar a precipitaciones que abastecen de agua a extensas áreas de Sudamérica. En el caso de Bogotá, por ejemplo, el páramo de Chingaza, una fuente fundamental de agua para la ciudad, depende de esta lluvia alimentada por los ríos voladores para proveer el 70% del suministro de agua de la capital colombiana y varios municipios de Cundinamarca.
La Magnitud del Fenómeno
La cantidad de agua que transportan los ríos voladores es sorprendente: supera incluso la cantidad arrastrada por el río Amazonas, el más largo del mundo. Un solo árbol gigante en la selva puede evaporar decenas de litros de agua al día, y al considerar que en la Amazonía hay millones de estos árboles, se entiende la inmensa escala de este proceso. Esta contribución de la selva amazónica va mucho más allá del ciclo del agua convencional, que nos enseñaron en la escuela, mostrando que los bosques desempeñan un papel activo y fundamental en la regulación del clima y la distribución del agua.
La Amenaza de la Deforestación
A pesar de la importancia crucial de los ríos voladores, la Amazonía enfrenta serias amenazas debido a la deforestación. Entre 2001 y 2020, la selva perdió casi el 9% de su cobertura forestal, un área equivalente al tamaño de Francia. La causa principal de esta pérdida es la ganadería, especialmente en Brasil, el país con mayor extensión de la Amazonía y con la mayor cantidad de ganado comercial en el mundo.
La situación es preocupante, ya que la capacidad de la Amazonía para generar ríos voladores depende de la presencia de árboles maduros y de la selva original. Los árboles jóvenes o los plantados en proyectos de reforestación no producen la misma cantidad de vapor de agua, lo que pone en riesgo el equilibrio hídrico y la capacidad de la región para sostener estos ríos aéreos esenciales.
La Amazonía: Mucho Más que el Pulmón del Planeta
Si antes se le daba importancia a la Amazonía principalmente por su capacidad de absorber dióxido de carbono y generar oxígeno, hoy su relevancia es doble. La selva no solo limpia el aire, sino que también es una fuente vital de agua para un continente entero. Proteger la Amazonía es proteger el acceso al agua para millones de personas y preservar un sistema natural que influye en el clima y la vida en toda Sudamérica.
La conservación de la selva debe ser una prioridad global, con acciones enfocadas en detener la deforestación y promover un manejo sostenible de los recursos naturales. Así, no solo se protege la biodiversidad, sino también el delicado balance del agua que permite la existencia de los mágicos "ríos voladores" y su papel esencial en el bienestar de las futuras generaciones.